Cuenta la tradición que venimos a la madre tierra a experimentar el amor y la vida. La vida nace a partir de la cópula, pero sólo el hombre, a partir del sentimiento de amar, es quien da otro sentido al acto sexual.
Precisamente en nuestra comunidad está muy afianzado el tema de la práctica sexual por diversión. Pero cuando llegamos a una edad, viene la aspiración a una pareja más sólida y estable con la que entablar la vida.
Todos piensan que en pareja la vida les será más soportable, cierto, pero con el tiempo de convivencia se hace dura y genera roces y problemas, todo hay que decirlo.
Creemos que acompañados seremos felices, pero todo enfoque cambia con el tiempo, sino, no habría divorcios y agresiones, te lo garantizo.
Tener pareja es un desafío de cada individuo, saber tratar sus carencias para complementarse y salir más fuerte la relación. Pero alcanzar ese nivel de equilibrio requiere una gran maestría y hay quienes renuncian, y prefieren involucionan buscando el polvo del aquí te pillo aquí te mato.
Cada cual escoge su camino. Vivimos en libre albedrío. Otros maduran espiritualmente con su pareja, hasta que la muerte los separa, encontrando el amor eterno.
Para esta pareja de espíritus, su experiencia en La Tierra fue tan grata, que acuerdan, nuevamente volverse a encontrar en una nueva vida y con nuevos cuerpos.
Y dicha experiencia de búsqueda, se repite y se repite, reencarnación tras reencarnación, durante muchas vidas. Hasta que ambos escarmentados, deciden salvar estos senderos para unir sus espíritus en una misma unidad, para así juntos, compartir un mismo cuerpo.
Es cuando la leyenda india dice que así es como surge una persona transexual y por eso mismo, se dice que las personas trans son seres que poseen dos espíritus. Y por eso son tan respetados y amados en la India y no denostados como en el resto del mundo.
Por eso, cuando veas a una persona trans, piensa que hay dos seres que acordaron vivir juntos en dicho cuerpo. ¿Acaso no es maravilloso ni bello?
