Angola despenaliza la homosexualidad y castiga la discriminación


Tras dos años de espera, desde la aprobación de la despenalización de las relaciones entre personas del mismo sexo, entró en vigor el nuevo código penal del país.
La aprobación de la despenalización de las relaciones homosexuales se remonta a febrero de 2019, cuando el Parlamento de Angola aprobó su primer código penal desde la independencia de Portugal en 1975. Así, la espera de la comunidad LGBTIQA+ angoleña terminó oficialmente el pasado 11 de febrero, cuando, al fin, entró en vigor la nueva normativa.
Angola se regía aún por un corpus de leyes que databa de 1886 y que castigaba, con penas de seis meses a tres años de cárcel, a quienes practicasen “actos contra natura”.
Si bien en Angola no existía, en la práctica, una persecución legal real contra los homosexuales, para la comunidad esta ley supone la “oportunidad” de empezar a luchar contra otras barreras estructurales.
El activista pro derechos LGBTIQA+ y líder de la Asociación Iris Angola, Carlos Fernandes, habla de combatir la “discriminación” que, aunque no se vea tanto en la esfera pública, sí que se da en los ámbitos privados, especialmente en las zonas más rurales y menos desarrolladas del país.
“Hay respeto, pero las cosas cambian un poco cuando el gay está en tu casa. Mientras sea en las casas de los otros no hay problema”, explica el líder de la Asociación Iris, grupo que no solo fue uno de los principales impulsores de la despenalización, sino que en 2016 había hecho ya historia convirtiéndose en la primera organización LGBTIQA+ reconocida oficialmente en el país sudafricano.
Ahora, Iris centrará sus objetivos en “ocupar espacios” sociales nuevos, explica Fernandes, para que la comunidad LGBTIQA+ deje de ser considerada un “grupo al margen” en temas como la educación o la salud, pero también para concienciar a la población en general.
El nuevo código penal angoleño no sólo elimina las menciones potencialmente discriminatorias de los “actos contra natura”, sino que, en un giro de 180 grados, pasa a castigar la homofobia.
“Esta es una de las herramientas más importantes que podrán tener para poder conseguir una carrera, oportunidades de trabajo (…) como cualquier otro angoleño”, recalcó la investigadora de Human Rights Watch (HRW) Zenaida Machado.
Con la despenalización de la homosexualidad, Angola se suma a paises como Sudáfrica, Mozambique y Botsuana que en los últimos años han estado demostrando al continente que, pese a los prejuicios, el Estado puede diseñar sociedades más inclusivas y tolerantes.
Sin embargo, Angola aún tiene mucho que trabajar en otras áreas como la protección de la comunidad trans, que sigue sin tener reconocimiento oficial, incluso respecto al cambio de nombre legal. Por el momento, no hay cambios previstos a corto plazo para este vulnerable sector social.