Hemos vivido una pandemia horrible, de la que parece, que sigue habiendo interés en que perdure en el tiempo de forma indefinida. Hasta que los ciudadanos nos demos cuenta y digamos basta ya, ¿por qué quién se cree tantas epidemias en tan corto plazo?
Abramos los ojos, la historia de la vacuna oculta algo más, un interés de asustar a la gente, para que acceda a vacunarse, con las ganancias que ello genera. Porque todos saben que con el miedo consiguen que la población se haya vacunado hasta cuatro veces, cosa que a mí entender considero ya un abuso y una descarada forma de llenarse aún más los bolsillos, por parte de las farmacéuticas, a las que poco les importa tu vida, sino su dinero.
Es este holding ambicioso, no contento, es el que pone a la luz el peligro de la enfermedad de la viruela del mono por la televisión. ¿Cómo los monos pueden infectar a la población humana si no hay estos animales en España?
En España no caímos en este abuso, nos dimos cuenta del fraude televisivo y nadie se fue a vacunar. La gente había reflexionado. No fueron impulsivos como el Covid.
Increíblemente los medios de comunicación dejaron de hablar de eso mismo, al ver las farmacéuticas, quienes financian estas campañas de miedo, que ya no era rentable.
A los monstruos televisivos no hay que alimentarlos ni hacerles demasiado caso. Es indignante pero ellos compran tiempo en las noticias, para que luego se vacune. Piensa lo que quieras, pero el mundo de las finanzas se mueve por la corrupción y a base de talonario para acallar los desfalcos. Mientras más corrupto sea un negocio, más dinero genera y ahí tienes bancos y petroleras, los dueños del mundo.
Pero no hay que olvidar, que tras este juego sucio, también están los estados, que aprovechan las medidas sanitarias para instaurar un mayor control restrictivo a la población, reduciendo los derechos y libertades de los individuos, que una vez pasado lo más grave, y no siendo ya tan necesarias dichas medidas, aún se sigue ejerciendo medidas de control. Todo con el fin de tener controlada la ciudadanía para así evitar levantamientos sociales.
Y un dato curioso me llamó la atención. Donde hay más inestabilidad política, los índices de medidas represivas por Covid, mono o lo que sea, son más fuertes que en países con gobiernos estables ¿Casualidad? No lo creo.
Todo está bien instrumentalizado y dirigido para el control de masas, de eso no te quepa duda. Eso tiene un nombre con mayúscula: abuso de poder.
