Angola: comunidad LGBTIQA+ se resiste a la campaña de censura en medios de comunicación


Activistas en Angola han encendido las alarmas ante una propuesta que busca prohibir el contenido queer en plataformas de medios.
La iniciativa, que intenta borrar la visibilidad LGBTIQA+ de la televisión e internet, enfrenta una fuerte resistencia de la sociedad civil angoleña y de organizaciones de derechos humanos, quienes advierten sobre graves consecuencias jurídicas, culturales y humanitarias.
Relíquia Ryan, directora de Administración y Finanzas de la Asociación Íris Angola, es una de las voces líderes en la oposición a la propuesta. Para ella, esta no solo representa un retroceso en los avances logrados, sino que además vulnera la Constitución de Angola.
“Este es un claro intento de revertir el progreso legal que hemos alcanzado, especialmente tras la despenalización de las relaciones entre personas del mismo sexo en 2021”, declaró Ryan a MambaOnline. “Legalmente, contradice directamente la Constitución, que garantiza la igualdad, la dignidad y la libertad de expresión”.
“Podría poner en riesgo los ya escasos recursos de organizaciones como Íris Angola, al desalentar el apoyo de donantes y socios internacionales comprometidos con los derechos humanos”, advierte Ryan, quien señala que las “consecuencias serían devastadoras”.
Rosie Motene, escritora feminista, activista, sanadora y copresidenta de The Other Foundation, comparte esta preocupación y señala implicancias más profundas: “Cualquier forma de supresión o prohibición de nuestra existencia crea condiciones peligrosas, legitima el odio, fortalece a la extrema derecha y otorga a la homofobia y la transfobia un aval legal y cultural. Culturalmente, transmite el mensaje de que las personas queer y trans no pertenecen, de que sus vidas son vergonzosas o incluso criminales”.
Una campaña opaca, una amenaza real
Aunque los detalles de la campaña siguen siendo poco claros, el peligro que representa es tangible. Según Ryan, “solo se hacen llamar activistas cívicos y religiosos; son anónimos. Estamos investigando quiénes están detrás y tomando las medidas correspondientes”.
Aunque no se ha identificado a sus responsables, su enfoque sugiere afinidades ideológicas con sectores religiosos y políticos conservadores.
Los activistas insisten en que, incluso sin saber exactamente quiénes impulsan esta iniciativa, la amenaza debe ser tomada en serio. Angola no está aislada del aumento regional de legislaciones y discursos anti-LGBTIQA+, y esta campaña repite tácticas ya vistas: llamados a una supuesta moral que ocultan discriminación selectiva.
La propuesta, sostienen, no solo es inconstitucional, sino que abre la puerta a una legalización progresiva del odio. “Esta iniciativa viola el Artículo 40 de la Constitución, que protege la libertad de expresión, y el Artículo 23, que garantiza la igualdad”, afirma Ryan. “Es censura motivada por prejuicio, disfrazada de protección cultural”.
Imanni Da Silva, fundador del Movimento Eu Sou Trans Angola, señala que el impacto de la campaña no es solo simbólico.
“Es un intento de convencer al público de que somos un problema”, dice. “Eso empodera a quienes buscan una excusa para excluirnos o hacernos desaparecer”.
Da Silva advierte que las personas trans en Angola ya enfrentan discriminación cotidiana y que esta propuesta solo agravaría la situación: “Hay discriminación por parte de policías, docentes y personal de salud, quienes deberían protegernos”.
Herramientas legales, pero se necesita voluntad política
Ryan confía en que el marco legal podría ofrecer herramientas de protección, pero enfatiza que sin voluntad política, no bastará.
“Podemos apelar a varias disposiciones constitucionales y a tratados internacionales ratificados por Angola, como la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos”, explica. “Existe una jurisprudencia creciente que reconoce los derechos LGBTIQA+ a través de los principios de dignidad e igualdad”.
Un llamado a la solidaridad panafricana
Ante la creciente amenaza, Da Silva llama a la unidad: “Trabajamos con otros grupos LGBTIQA+ para exigir responsabilidades a quienes promueven esta campaña. La consideramos un crimen de odio contra toda la comunidad”.
“Es momento de que nuestras comunidades en toda África se unan, especialmente ahora que las leyes anti-LGBT están ganando terreno en varios países”.
“Una lección clave es la necesidad urgente de una verdadera solidaridad panafricana que incluya a regiones lusófonas, francófonas y otras históricamente marginadas. La visibilidad sin protección no es suficiente. Debemos construir infraestructuras legales, culturales y físicas que protejan a nuestras comunidades”, concluye Motene.