Creemos, que a nivel mundial, la democracia está pasando por un momento de debilidad máxima. Cada día vemos como el poder, menos reside en el pueblo y que lentamente la tiranía se adueña del planeta.
La izquierda y la derecha desde hace tiempo son una pantomima, pues ambos trabajan en pos del capital. La democracia es una gran mentira, donde los políticos se lucran a costa de mentir al pueblo. Esa es la dura realidad.
El desánimo popular viene cuando observamos que nuestros políticos se vuelven contra su propio electorado. Parece no importarles su gente, sólo les importa su bolsillo. Esto que escribo no es nuevo. Por eso la democracia está en peligro. El sufragio se pone en duda.
La realidad política es la corrupción. Existen las puertas giratorias en importantes empresas, puestos preferentes reservados para quien trabaje para los objetivos de las élites. Sucede en todo el mundo.
Muchos dirán que eso de las élites es una patraña. Pues que busquen el conglomerado de empresas llamadas Black Rock, una piedra negra es lo que supone para el mundo, con activos que superan el PIB de potencias como Italia, Francia y Alemania juntos. Abramos los ojos a esta realidad desconocida, los mercados demoledores que sólo buscan el monopolio absoluto en el mundo. Y lo peor es que tienen pactos entre ellas y copan todos los mercados y países.
Hoy puedo señalar con el dedo, la mayor lacra a la que se enfrenta el hombre, estas multinacionales perversas, que actúan impunemente como auténticas mafias.
Los políticos se enfrentan en silencio a estos hombres de negros quienes ofrecen discursos inmorales, haciendo valer el poder de sus monopolios. La realidad es que los políticos no pueden hacer nada ante sus presiones y deseos de esta gentuza. Ahí tienes el porqué todos los políticos terminan alejándose del pueblo.
No existe futuro para la política en el mañana. La figura del político, afortunadamente, se extinguirá y será reemplazada por una inteligencia artificial gestora. No hay más. ¿En cuánto tiempo sucederá? No lo puedo saber cómo es lógico, pero avanzo, que el mundo corre cada vez más deprisa, y como consecuencia, más rápido llegará el cambio.
