Postura de Vaticano sobre género, diversidad sexual, familia y reproducción no avanzó en Sínodo


En los temas de diversidad sexual, la postura del Sínodo Ordinario de los Obispos sobre la Familia fue ambigua mientras que en el tema de género fue muy clara y manifestaron su rechazo por lo que las conclusiones de la reunión muestran que no hay un avance al respecto e incluso podría haber algunos retrocesos sobre la concepción de algunos temas al interior de la iglesia como es el de la familia, señalaron en conferencia de prensa expertos en teología y religión.
Sobre el tema de diversidad sexual, Marilú Rojas, teóloga y religiosa de la congregación de Santa Teresa de Lisieux, señaló que hubo un avance al decirse que debe haber respeto e inclusión de las personas integrantes de la diversidad sexual a la comunidad católica y la exhortación a la no discriminación por orientación o preferencia sexual al interior de la grey.
Sin embargo, al hablarse del matrimonio quedó muy clara la postura de que no habría manera de reconocer la unión entre personas del mismo sexo.
Al respecto, Fray Julián Cruzalta, teólogo ecuménico y asesor de la organización civil Católicas por el Derecho a Decidir, señaló que por una lado se pide la no discriminación hacia las personas homosexuales y por otro no se reconocen los actos homosexuales, posición que refleja una clara contradicción al respecto.
Guadalupe Cruz, socióloga y colaboradora de Católicas por el Derechos a Decidir, mencionó que la postura tomada por la jerarquía católica tras la revelación de su orientación sexual por parte del obispo polaco, Krzystof Charamsa, de expulsarlo de la iglesia, es clara muestra de que no hay grandes cambios.
Género
La postura del sínodo sobre el tema de género podría considerarse “un paso atrás”, indicó Marilú Rojas, para quien el hecho que se diga que la ideología de género niega la diferencia y la reciprocidad natural entre un hombre y una mujer y vacía la base antropológica de la familia al proponer una sociedad sin diferencia de sexos, es clara muestra del desconocimiento de los obispos de la teología de género y crea desencanto por no tener claridad al respecto.
Para la teóloga, las teorías de género no niegan la diferencia y la reciprocidad sino están contra la determinación de roles asignados en los cuales hay dominio de los hombres hacia las mujeres o roles que no permiten la inclusión de participación en la formación y educación de los hijos, en la colaboración en la familia.
Al respecto, Cruzalta comentó que efectivamente, la jerarquía católica desconoce la teoría de género al calificarla de “contradicción cultural” y la acusa de promover una sociedad sin diferencias de género y de vaciar el fundamento antropológico de la familia, además de ser una ideología que lidera proyectos educativos y leyes que privilegian la identidad personal.
Estos argumentos, indicó el maestro en teología, son muestra de que al interior de la iglesia no está claro que es el género, pues lo confunden y consideran igual al sexo biológico y a la orientación sexual, y mucho menos entienden, que esta teoría de género va en contra de las diferencias y de las violaciones a los derechos humanos.
Familia y reproducción
Sobre la familia, refirió Rojas, la postura gira en torno a la “familia tradicional” debido a que, entre otras cosas, se enfatiza en la unión de un hombre con una mujer, en la indisolubilidad del matrimonio y en el fortalecimiento de la familia a través de la instrucción a los futuros esposos y un acompañamiento durante los primeros años de vida matrimonial por parte de un sacerdote.
En torno a la reproducción, Rojas explicó que la postura sinodal fue clara: la vida procede de Dios, y por tanto, no debe haber manipulaciones de ningún tipo, biotecnológicas o genéticas, ni se debe interrumpir la concepción.
Asimismo, no hay apertura al uso de métodos de anticoncepción, pues el único válido, según el sínodo, es el uso de los ritmos naturales de fecundidad, refirió la teóloga.
De acuerdo con Julián Cruzalta, hay una enorme preocupación e insistencia por recuperar la institución familiar “tradicional”, pues el documento cuestiona que la juventud “no quiera hacer compromisos y sólo quiera tener relaciones casuales”.
Reflejo de lo anterior es la acusación a la anticoncepción de “ser una mentalidad antinatalista que quiere disminuir la población en el mundo”.
Asimismo, cuestionó la pastoral de acompañamiento a la vida matrimonial durante los primeros años debido a que quienes realicen dicha labor, al ser sacerdotes, no están preparados para llevar a cabo dicha instrucción.
Para Julián Cruzalta, uno de los aspectos más relevantes del sínodo fue que el propio Papa Francisco cuestionó, en su discurso de clausura, al ala conservadora de la iglesia católica. Por esta razón, refirió el teólogo, es posible que el documento final pueda presentar ciertos cambios.
Sin embargo, afirmó que quedo claro que la iglesia católica está dividida en una que mira hacia el siglo XXI y otra que desea volver a las condiciones en las que estaba el mundo antes de la celebración del Concilio Vaticano II, en la década de los 60.
Por su parte, María Consuelo Mejía, directora de Católicas por el Derecho a Decidir, comentó que la institución eclesial parece ajena a la realidad debido a que no refleja la postura de su feligresía.
Una de las posibles causas de estas posturas, señalaron los expertos, es la todavía influencia conservadora de Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes en conjunto, encabezaron la iglesia católica por más de 30 años.
Asimismo, Marilú Rojas lamentó que no se haya hablado de manera clara de la pederastia, lo cual es contradictorio con la postura de protección familiar, ya que, un aspecto fundamental en cualquier institución familiar es la protección de los menores.