Oscuras Reflexiones: de los abusos religiosos


Ya pasaron las funestas fiestas de la Semana Santa y aún sigo sin entender por qué le llaman fiestas a algo que tiene mucho de mal gusto, como es pasear crucificados por las calles, exhibiendo horrores y muerte, casi un complemento al sadismo. Una de las cosas más tristes que percibo, es que todo se ha convertido en un espectáculo, donde lo que prima es el consumo desmedido a costa del detrimento de la fe, lo que parece dar paso al folklore.
Me llama la atención ver niños nazarenos en estas procesiones y otros menores viéndolas pasar con el consentimiento de sus padres, simplemente porque es una tradición cristiana muy arraigada en Sevilla.
Veo como las autoridades religiosas impunemente normalizan el uso de la violencia en las calles, y cómo los políticos, hacen la vista gorda bajo la excusa del contexto religioso. Señores políticos, la violencia sigue siendo violencia, ya sea en Sevilla o en Pekín. No entiendo cómo habiendo una ley al menor, se olvida de proteger a éste.
Observo, que una institución sacra como la iglesia, no haga por proteger también a sus menores sólo porque serán los creyentes del mañana, que seguirán alimentando el seno de la iglesia católica.
Este abuso no viene sólo del cristianismo, sino de todas las religiones. Es práctica habitual el adoctrinamiento debido a su vulnerabilidad y la presión familiar y religiosa. Es inadmisible que un niño se vea obligado a formar parte de una comunidad religiosa, sin haber desarrollado un juicio crítico ni experimentado madurez. Eso es una violación de los derechos fundamentales de la infancia y tiene el nombre de abuso de poder. Así es lógico que gran parte de la humanidad se identifique con una religión. El error histórico del hombre ha sido dejarse llevar por sus miedos y dejarse llevar por la imposición de unos dioses presentados como salvadores, cuando la religión ha sido el fundamento para quebrar sociedades, llevándola a la conquista y a la guerra.